15/5/10

La liana contiene a Pandora

En la red hay gran cantidad de información sobre la ayahuasca. La liana de los muertos se cuela entre los finos capilares de la red del mismo modo en que se cuela por nuestras neuronas para devolvernos el aprecio de una memoria olvidada. Fue así como llegué hasta la planta, y fue así como me precipitó a la vida real.
La difusión sobre su potencial sanador ha sido enorme en los últimos años. Y va a más. Tanto que proliferan los dadores, y se realizan verdaderas excursiones al otro lado del océano para vivir la aventura psiconáutica del milenio: la ayahuasca como solución a todos los males de Occidente. En Oriente se nos ríen, aunque es probable que más bien nos compadezcan.
El año pasado conocí a uno que soñaba con viajar a Sudamérica para convertirse en chamán. Estaba dispuesto a dejarlo todo por una visión de ayahuasca donde se vio a si mismo convertido en jaguar. Conocí, también, gente que aseguraba que la planta puede castigar: lo que, en su versión racionalista y no animista, sería poco más que decir que la ayahuasca, como potente catalizador, puede ser muy removedora. Tuve, además, la oportunidad de tomarla en un nutrido grupo liderado por un conocido erudito en la materia, todo un experto y una persona de fiar: el hombre ha invertido media vida en el estudio, serio, tanto de los enteógenos como de los pueblos donde el uso de ayahuasca es la base de su cultura.
Ahora que llegó a Europa, la ingesta del yajé-ayahuasca empieza a convertirse en una alternativa terapéutica de choque para casos como, por ejemplo, una depresión, y son muchos los primerizos que se atreven a  probarla sin haber usado jamás ninguna sustancia. Hoy día, a pocos no les suena la extraña palabreja. Si bien hay mucho prejuicio al respecto, las estadísticas sobre sanación por ayahuasca van en aumento, y son reales. No faltan los desaprensivos de siempre, que la distribuyen por internet como si fuera un tripi y los gurús, que además de distribuirla y recetarla en cucharadas diarias, aprovechan su estadía en la cárcel para escribir un libro.
Pero no es la finalidad de este post narrar la flora y la fauna, sino observar un detalle. Un detalle que a mí, perseguidora leal de todo lo que tenga que ver con la liana y sus allegados, me intriga. Mucho se ha investigado sobre la planta, y creo que se conocen bien tanto sus poderes medicinales como sus contraindicaciones -que las tiene-, e intuyo que ya se sabe lo suficiente como para que tanto investigadores como discípulos sepan llevar una ceremonia enteogénica sin que haya  -dentro de lo posible- problemas durante. Sin embargo, pocos son los que parecen estar dispuestos o formados para el después. La finalidad última de este post es poner énfasis en ese importante detalle que me parece se les está escapando, y si tiene un propósito de crítica,  quede claro que lo será en su dimensión constructiva. Naturalmente, me estoy refiriendo a la integración de la experiencia.
Pondré un ejemplo, y va sin susceptibilidades. En enero de 2009 tomé ayahuasca en casa de un señor que las da a grupos reducidos varias veces al año en Barcelona. En esa ocasión la ceremonia se hizo sólo porque yo me había desplazado desde Madrid, en pleno invierno y durante una tempestad que arrasó con gran cantidad de árboles, así que tuvimos que hacerla en un recinto que no estaba del todo previsto para tal fin.
Yo tenía miedo, y la ayahuasca no me subió. O me subió a medias, que por lo que he visto puede ser peor. Si bien éramos pocos, una de las personas se lo pasó toda la noche vomitando. La  planta es una purga, y cualquiera que la ingiera sabrá que a la media hora parte de la audiencia empezará a vomitar. No era, pues, que me hubiera pillado desprevenida: lo que resultaba realmente molesto era la manera en que tanto esa persona como el dador se jactaban de vomitar a sus anchas, como si la prueba del efecto purificador de la planta estuviera en la manifestación física y no en la experiencia interior.
No me pregunteis por qué no accedí al segundo acto -una toma de refuerzo-, sólo deciros que esa noche no me apetecían jaleos, así que mi viaje osciló entre la duermevela y la constante necesidad de apartar de un puntapié a mi dador, que parecía empeñado en vomitar en su bote a centímetros de mi cara.
Desde luego, fue la ceremonia más ruidosa, maloliente e irresponsable a la que he asistido nunca. Cuando nos reunimos alrededor de las velas -supuestamente, con los efectos ya superados- ni el dador contaba con mi ego, ni  yo con mi resistencia. Como era de esperar, la ayahuasca me enfrentó a mi tono más bajo de sombra: el resentimiento. La única cura que hay para el resentimiento es, simple y llanamente, el perdón. Y yo no pude con él.
Cabreado por su inoperancia a la hora de domar al potro, a mi dador le dio por atacar mis cuadros. Y mi casa, que según él, era oscura. Se salvaron, por suerte, mis escritos. Para completar la chorizada, un comensal que se había mantenido en silencio, vecino de los Andes, hizo un comentario por lo bajo sobre la ya proverbial habilidad de los argentinos para vivir del cuento. Fue el acabóse. Entre otras inoperancias, y pese a haber ingerido la planta varios centenares de veces, haberse formado con un curandero en  Cuzco y haber convidado a docenas de personas en este país, el dador no tuvo en cuenta una salvedad: que a mí la ayahuasca a veces me sube a medias, o que me sube cuando todos ya han salido. Nadie puede preveer cómo funcionará la química de cada convidado. Justamente por eso, la actitud del dador tanto a la hora de dirigir la ceremonia como de cerrarla debería ser impecable. Y por impecable entiendo el uso de unas estrategias orientadas a la resolución y no a la discordia.
Días después, el conflicto que había aflorado durante la ingesta recrudeció en lo cotidiano. Paralelamente, y como en otras ocasiones,  mi vida onírica se enriqueció y tuve, inclusive, un pequeño viaje astral. Sabemos que la ayahuasca potencia los estados modificados de conciencia en personas ya propensas a ello, así que me lo tomé como un regalo de la Abuela. Al resto, no. Empezaron a brotar recuerdos embrionarios de mi más temprana infancia, y no había quien me ayudara en esa segunda etapa del "viaje". Le escribí varias veces a mi dador, pero él se empeñaba en juzgarme con la cabeza, y ni una palabra de lo realmente importante: que la ayahuasca había abierto la caja de Pandora, y yo no sabía qué hacer con toda esa información.  Información que hasta entonces había estado dormida en lo más profundo de mi inconsciente. Acabé escribiéndole un e-mail con mi gratitud por la primera toma y mi aceptación de los hechos. Un cierre sin rencores, pensé. Jamás respondió.
No me ayudó él, precisamente, sino una amiga que además de tener un doctorado en psicología clínica es hinduísta. Alguien que en su juventud llegó a dedicar gran parte de su tiempo a la investigación de los estados modificados de conciencia por inducción de alucinogénos. La mención a su oficio no es gratuita: en la selva se necesitarán curanderos, en la ciudad se necesitan psicólogos. Sé que es discutible, ya que en útima instancia lo que se necesita es humanidad. Ella no sólo tiene eso: también tiene vocación, se implica y es responsable. Aunque no pone en cuestionamiento el uso de ayahuasca, se inclina ciento por ciento por el camino de la meditación. La razón es simple: por una parte, no siempre estamos preparados para digerir la información que nos proporciona la experiencia enteógenica; y por la otra, el dador puede no estar preparado para colaborar en el trabajo de posterior integración. Cabe la posibilidad, inclusive, de que el aspirante a psiconauta ni siquiera conozca su patología, aunque la tenga.
No es mi intención despertar sospechas sobre las cualidades sanadoras de la planta, sino puntualizar sobre un aspecto que parece estar embozado. Simplemente, señalar algo que me parece definitivo a la hora de precipitarnos desde el risco que significa la experiencia enteogénica: la ayahuasca es un catalizar, sí, y como tal descorre un tupido velo, sí; y como tal, puede abrir la caja de Pandora. Esto en primer lugar. Sabiéndolo, se hace necesaria una actitud responsable no sólo por parte del aspirante, sino del dador. Que se hacen "encuestas" previas, de acuerdo. Sin embargo, es bien difícil conocer a alguien por una encuesta. ¿Cuánto sabe el dador sobre el aspirante y cuánto el aspirante sobre si mismo?¿Sabe el dador, en todos los casos, lo difícil que se hace diagnosticar a un borderline, por ejemplo, y o a un bipolar?¿Qué efectos produce la ayahuasca sobre estas personas?¿Se conocen las consecuencias que puede desencadenar sobre personas que no han sido diagnosticadas? Hasta ahora no he encontrado respuesta a estos interrogantes.
Importa señalar que el viaje de ayahuasca no acaba cuando se sale del sopor. Al contrario: cuando se sale es cuando realmente empieza. Esto es lo que le da al enteógeno su poder terapéutico. Ya "de regreso", se hará necesario actualizar las bases que estaban aparcadas en las regiones a menudo más recónditas del ser, y hay en ello un trabajo de alquimia donde se ponen a prueba los recursos reales del viajero, confrontándole con el mundo que le rodea.
Pero, ¿qué hay en caso de que esos recursos fallen?¿Contará el viajero con el apoyo del dador, o acaso, con un terapeuta preparado para tal fin en una sociedad donde más se sabe por prejuicio que por experiencia?¿O le dejarán librado a su suerte?¿Se dirá, en todo caso, que la crisis posterior a una toma de ayahuasca no tiene vinculación con la planta, cuando todo el mundo afirma a pie juntillas que la ayahuasca abre puertas que estaban cerradas? El efecto de la planta es un efecto de proceso. Un proceso que a menudo puede ser doloroso, y puede que te pille vulnerable. Es parte del proceso aceptar la intolerancia del sistema. Lo que no tiene justificación, y por tanto resulta incongruente, es la intolerancia o el escaqueo dentro del contexto que la provee.
Para lo único que tendría que estar preparado el viajero es para aceptar la visión, nunca antes tan meridianamente clara, del matiz más oscuro de sombra. Para ello no sólo se requiere voluntad y coraje, sino unos recursos que están sutilmente influenciados por unos factores sociales que a menudo se hacen hostiles a los resultados de la experiencia extática. Sin embargo, ¿qué sentido tendría ese viaje si lo que viene a continuación fuera un camino de rosas? Esto refuerza la necesidad de un apoyo efectivo durante la integración. Yo lo he necesitado. Y si yo lo he necesitado, puede que haya más gente que lo necesite.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por compartir páginas de tu diario. Te dejo un apunte pegado desde la Wikipedia sobre la caja de Pandora como "orígen de todos los males":

Etimológicamente se ha dado a la palabra «Pandora» un significado con distintos matices: Paul Mazon y Willem Jacob Verdenius la han interpretado como ‘el regalo de todos’; sin embargo, para Robert Graves significa ‘la que da todo’. Según Graves, se estaría ante la precursora griega de la Eva bíblica, puesto que Pandora es considerada como la primera mujer. El mito intenta imponer a la mujer la culpa de todos los males de la humanidad.

un saludo

RAB dijo...

Ya, bien el enfoque de ellos. La Pandora a la que hago referencia en este post me da a mí la imagen del grabado goyesco "El sueño de la razón produce monstruos". Si a la culpa se la puede considerar un monstruo, pues bienvenida sea para liquidarla :D, lo mismo con todos los demás fantasmas engendrados por educación o filtrados por genética. Lo de la Eva bíblica sería una puntualización que no se me había ocurrido.

Bievenido nuevamente, Psicoplasma.

Anónimo dijo...

Hola Rab (espero que no te importe que te llame rab con min). No es la primera vez que oigo reflexiones como la que haces por aquí, lo que es la primera vez que las leo. Comparto, en parte, lo que dices sobre la contención después de la toma, si bien creo que la mayor parte del camino tendrá que hacerlo el navegante a solas. Da que pensar y da para la reflexión personal del, como tú lo llamas, dador, ya que básicamente lo que tratas en este post es un tema ético, lo cual siempre merece ser revisado. Sin incluir la valentía conque está escrito.
Yo en lo personal he tomado peyote en México y la verdad es que "mescalito" me zarandeó bastante. Fui un temerario, porque lo tomé con gente que sabía muy poco o más bien nada del asunto, pero no me arrepiento -ojo, con esto no quiero decir nada más que eso: que no me arrepiento. Igual creo que cada caso es, como bien señalas, un mundo, y todos merecen el mismo grado de respeto.
Salud con mèrde
S.

Anónimo dijo...

Hola Rab, soc un viajero que durante mas de 5 años estoy tomando ayahu8asca, y permiteme darte las gracias por tu reflexión sobre el tema, ya que una planta de poder en manos de alguien que no esta preparado para conducir y guiar al paciente, puede desencadenar un terrible final. Tuve la suerte de tomar planta con una persona muy sabia y con mucha experiencia, y ella me ha enseñado exactamente lo que tu explicas de tu experiencia, y si algun dia llego a ser chaman, será porque estoy preparado de verdad para hacer este trabajo. Hay demasiados inconcientes que creen que pueden dar la planta sin prejucios ni filtracviones de las personas que realmente lo necesitan o bien estan preparados para ello.

Salud y sigue aprendiendo

RAB dijo...

Hola, S y anónimo. Yo por suerte he tenido buenos dadores, salvo el que señalo en el post. Lo que se insiste en señalar aquí es el trabajo posterior a la toma. En manera alguna se pretende fomentar una visión alarmista frente al uso de la planta, aunque habrá quienes deseen interpretarlo de esa manera (sobre todo gente que nunca la ha tomado, ni la tomará, básicamente por prejuicio o por miedo). Básicamente, quería señalar la falta de ética, de empatía, de humanidad y fundamentalmente de con-pasión que hay en ciertos indivíduos que van por el mundo predicando sobre ello sin tener ni idea ni intención de ponerlo en práctica cuando le ven las orejas al lobo.
¿Duro? Sí. Con gente así hay que serlo, ¿o permitiremos, más bien, que sigan en sus 13 mientras nos tomamos una cañita por la tarde bendiciendo el privilegiado destino de una sociedad que no ve más allá de tres palmos de narices?
Luego, todo lo demás, como decimos en mi tierra: el que quiera celeste, que le cueste.

Bienvenidos.
Un saludo.

Jordi Gascon dijo...

Holas Rab.

Interesante tu experiencia.
Lo que conte en mi blog sobre la planta, creo que ahora puede tener mas fuerza.
La planta pertenece a una cultura determinada y es hija de la selva.

Tu dices;

Empezaron a brotar recuerdos embrionarios de mi más temprana infancia, y no había quien me ayudara en esa segunda etapa del "viaje". Le escribí varias veces a mi dador, pero él se empeñaba en juzgarme con la cabeza, y ni una palabra de lo realmente importante: que la ayahuasca había abierto la caja de Pandora, y yo no sabía qué hacer con toda esa información. Información que hasta entonces había estado dormida en lo más profundo de mi inconsciente. Acabé escribiéndole un e-mail con mi gratitud por la primera toma y mi aceptación de los hechos. Un cierre sin rencores, pensé. Jamás respondió.

En mi opinion, tomarla requiere entender y vivir antes otras muchas cosas y son esas conexiones las que te ayudaran a entender lo que la planta te pone enfrente. Cuando algo no sabemos entender o tenemos que tomar una decision y no sabemos como, vamos a consultar al rio o a nuestras piedras o animales o arboles o simplemente ponemos la cabeza en la Pacha y es ella quien nos guia.
La planta se toma y ayuda cuando formamos parte de la vida de la planta y se toma estando en conexion con la Pacha , porque sino pasa lo que te paso a ti y a tanta gente que despues no se sabe que hacer con lo vivido.
No estoy diciendo que no te hayan presetado la Pacha o la Rumi como se llama en la selva, pero tomarla en Barcelona...

Tampoco es necesario tomarla, puedes tener una liana y dormir co ella de vez en cuando. Hablale y los martes y viernes dale cañazo, o un licor dulce, ella misma te dira si le gusta o prefiere otra cosa, prueba darle el humo del mapacho, pues el humo trae al Espiritu y tambien te dira si lo quiere o no. Si la cuidas y mimas ella te enseñara muchas cosas, de ti misma y de la Pacha, pues la planta es su regalo.

UN beso
Jordi Gascon

RAB dijo...

Jordi, sólo decirte una cosa: este continente perdió su conexión con la Pacha hace ya siglos. Se nota ya apenas bajar del avión.
Pero yo sé dónde queda la Pacha. Queda en un rincón de la tierra que se llama los Terrones, y al que nadie le hace propaganda turística, pero hay naturaleza a chorros, sin urbanizaciones ni hoteles de lujo. Es el lugar de donde pienso despegar. Es mi tierra, la de los comechingones, la de la amatista dentro de una geoda, la de la lluvia sagrada que me bañó hace años antes de escalar el cerro, mi cerro, el mío.
:+

Jordi Gascon dijo...

Holas RAB.

Si es el que te vio nacer. El mio es de MOntserrat cerca de Barcelona. Yo tengo pendiente el dia que vuelva , pasar 4 dias y 4 noches en el.

Y si, se perdio la conexion con la Pacha, pero que agradecida tiene que estar si le podemos hacer un pago despues de tanto olvido.

Besos
Jordi Gascon

Anónimo dijo...

Jordi, dices:
La planta se toma y ayuda cuando formamos parte de la vida de la planta y se toma estando en conexion con la Pacha , porque sino pasa lo que te paso a ti y a tanta gente que despues no se sabe que hacer con lo vivido.
Estoy de acuerdo, a la planta habría que tomarla en su contexto de origen, sin embargo hay gente que como bien dice Rab, se va al otro lado para convertirse en chamán o en lo que sea, pero van con las mismas ambiciones de poder que tenían aquí, y no creo que eso sirva de mucho. Si te lo pones a pensar, la sustancia ideal de este lado es la cocaína. Es una broma de mal gusto, lo sé, pero con esto quiero sugerir que cada lado tiene su ética, y cada ética su sustancia. De qué les servirá a algunos tomar ayahuasca a este lado, si cuando sales del viaje no tienes quien te acompañe (metafóricamente hablando), algo que debería ser muy fácil de conseguir y sin embargo, Rab, ni de coña.
Salud con mèrde
Samuel

RAB dijo...

Hola amigos, ante todo gracias por vuestras reflexiones. Samuel, planteas un tema difícil en el que yo he puesto la tilde y tú pones el acento ortográfico. Y es el tema del contexto: ¿tendrá, forzosamente, que ser mejor el de origen? Yo pienso que no, que si hablamos de cuestiones éticas tanto riesgo de estafa tendrás aquí como allí. No creo en las idealizaciones, sí en las vibraciones surgidas de la propia experiencia (esto es algo que remarco mucho). Y es un tema complejo, porque para todo turista alelado e irresponsable habrá un "chamán" igualmente irresponsable, casi seguro que ávido de dinero, lo que aquí se diría "un aprovechado". Otra cuestión es quién te acompañará cuando salgas -o mejor dicho, entres, en el viaje. Fíjate que el otro día leía a Fericgla (Al trasluz de la ayahuasca) y cuando le preguntaron a las mujeres shuar el interés que revestía para ellas la aya, respondían: "el chamán no sirve". Y no están en Europa, precisamente. Están en un entorno donde funcionan como receptoras de fondo de una cultura que se deshace por factores donde el dinero y la propiedad son los depredadores.
Lamentablemente, la tercera dimensión terrestre jode en todos los puntos del planeta. Hay que lidiar con eso, y no es fácil. Es nuestro gran desafío. La aya nos sirve para encontrar el hogar dentro de nosotros mismos, pero parece ser que antes de poder residirlo se hace necesaria una purificación.
Jordi: los Terrones es el entorno donde yo decidí re-nacer por primera vez. Los pagos que se le hacen a la Pacha son secretos y se hacen a escondidas a este lado del mundo (lamentablemente, en mi país también se hace así por cuestiones legales), pero se hacen.
Por otra parte, no creo que la abuela me haya llegado no habiendo vivido las experiencias previas necesarias para el inicio. Sigo creyendo que la abuela llega cuando tiene que llegar, y yo le debo buena parte de lo que he visto dentro de mí y no conocía. La aya abre puentes entre dimensiones, esto lo sabes. Pero lo sabes tú, y yo, y tantos... el problema es que el 99% de la especie humana no lo sepa, o apenas lo sospeche, y lo confunda con una religión y una fe en la que ni siquiera cree. De esto se aprovechan muchos supuestos chamanes para vender la planta como solución a todos los "males". Igual que hacen las religiones.

:+
Bacci

Jordi Gascon dijo...

Buenas tardes.

La honestidad y el poder, dos cuestiones que van de la mano.
Aqui los curanderos , chamanes , brujos, no suelen ser honestos, pues buscan poder y el poder en ocasiones se roba. Si te engañan aprendes la leccion y la proxima ya estaras mas atento, lo cual quiere decir que cuidaras mas tu energia.
En estas culturas, lo que cuenta es tu viveza, estar atento, cuidar de ti mismo pues nadi lo hara por ti. Hay que aprender a que no te engañen y eso es un aprendizaje, porque te engañara todo ser vivo y muerto y estos ultimos cuando lo hacen roban mucho.

Me sacan de la maquina.

Besos
Jordi gascon

RAB dijo...

Yo, qué quieres que te diga, pero me fío menos de los vivos que de los muertos. De los vivos tengo pruebas de que roben, de los muertos no lo sé :)

jcaguirre dijo...

El tema es que organizar una sesión de ayahausca exige algo más que un "dador bienintencionado" dispuesto a arreglar a los que se le acerquen -eso en el mejor de los casos-. Exige una estructura y un método preciso de trabajo con la ayahuasca, durante la toma y después de la toma. Sin eso o se toma el pelo a la gente o se experimenta con la gente.
Cierta alarma o, mejor, alerta no viene mal ya que mucha gente entra en transferencia con cualquiera. La ayahuasca no tiene entre nosotros tradiciones vigentes de uso y sabemos poco. De ahí mi desconfianza ante esos organizadores de sesiones. Para empezar, en una cultura tradicional nadie decide ser chaman... En este tema, lo cierto, es que la gente se está poniendo en manos de absolutos ignorantes, desaprensivos y caraduras buscando llegar a fin de mes o destacar en algo. Nunca me fiaría de un "organizador de sesiones" sino de gentes formadas en tradiciones concretas a los que, desde tales tradiciones, se les pueda evaluar.

RAB dijo...

¿Pero cómo sabes que realmente el supuesto organizador pertenece a una tradición concreta, si está aquí y viene del otro lado del charco? Yo entré en transferencia casi inmediata con cierta persona, y mira lo que me pasó... Cierta voz de alarma es necesaria, sí, sobre todo cuando hay tan poca info sobre el viaje posterior al viaje. Todo el mundo cuenta misticismos y lucecillas de colores, pero no dan detalles del proceso ni se habla de si hubo contención posterior o no. Y, ciertamente, nadie "decide" ser chamán, al contrario, por lo que sé el del chamán es un camino plagado de privaciones, doloroso y solitario; es como el camino de la "bruja" :D Si te llega una vidente, cuídate de salir corriendo en sentido contrario :D Lo mismo debería suceder con los supuestos chamanes organizadores de sesiones (pero mientras a las brujas se las quema, a los chamanes se les paga bien).
En lo que a mí respecta, he aprendido la lección, pero me ha dejado un regusto amargo y una cierta desconexión con el lado etéreo que tendré que recuperar con esfuerzo y fe. Es, también, parte del camino, aprender a reconocer lo real de lo ilusorio. Pero la verdad es que después de la sesión te dejan bien en banda.

jcaguirre dijo...

Bueno, yo, en lo práctico, desconfiaría de cualquiera que de ayahuasca y que no esté vinculado con un tradición o contexto de uso en el que haya sido reconocido y formado -durante bastantes años-. Aunque es cierto que sobre esto se suele mentir, a veces descaradamente...
Estos contextos podrán interesarnos más o menos pero, en principio, esbozan unas determinadas reglas del juego que esa persona deberá cumplir. A partir de ahí esos contextos nos podrán interesar más o menos evidentemente... Y en lo teórico no queda más remedio que esforzarse en saber qué es el chamanismo o la psicoterapia -si hablamos de un modelo psicoterapeútico- para saber sobre la seriedad de algo. Esto de la teoría, por si, no ofrece nada pero quita caspa de en medio.

Más sencillamente se trata de ser conscientes que, como en todas partes, los vendedores de crecepelos y whiski de las películas del oeste abundan...

jcaguirre dijo...

¿Cómo saberlo?

En principio preguntandolo.

Cómo te formastes, quien te formo, por qué te decidistes a organizar estas ceremonias -lo decidistes tu, cómo fué-...

Y viendo su entorno...

Si es coherente con lo que dice, si vemos que aplica algún género de formalización o método a la hora de dar la ayahasuca, etc.

Sin método es como para irse corriendo y con método pues depende.

RAB dijo...

Es que a veces puede que te haya formado alguien cojonudo, pero que tú seas un tanto... basto :/ y lo lleves a tu modo. En fin, que cuando no sabes, no sabes y te das con el canto en los dientes (¿se dice así?). Luego aprendes, pero es cuestión de suerte: que no estés tan loco, por ejemplo, como para poder llevarlo sin psicoterapia posterior.
Pero mira, a mí lo que más me preocupa es la cantidad de gente realmente jodida que hay sin diagnosticar, y tomando enteógenos. Eso me preocupa, y mucho, porque ahí los animismos, y mucho más en el contexto occi, no sirven para nada. Los borderlines, por ejemplo, son difícilmente diagnosticables, ni hablar de los bipolares, por ejemplo. Sin ir más lejos, hay cantidad de gente que tú ves que va cayendo y cayendo, y ni la propia familia hace nada... no se le ve como un problema individual sino como parte de una problemática social, y lo es pero ¿qué pasa con lo individual?¿Lo seguiremos viendo como parte de una "excentricidad" personal, cuando tantas veces esa persona requeriría de tratamiento? Gente que acaba viviendo en la calle (en mi pueblo hay una) y no hay ni trabajador social, ni insititución ni terceros que se ocupen de ellos... ¿en una sociedad civilizada? Pues bien. ¿Cómo afecta la aya en los borderlines?¿Alguien lo sabe? Y sobre todo: ¿saben los que dan la aya lo que es un borderline? Almendro contaba una vez en el vídeo de Eleusis, lo habrás visto, el caso del tío occidental que entró en un viaje donde el nativo no pudo hacer nada, porque para sacarle se hacía necesaria la intervención de alguien que manejara los códigos del afectado. Suerte que estaba Almendro; yo me pregunto que habría sido de ese hombre de estar presente, por ejemplo, mi dador del relato. Directo al sanatorio mental (los dos, posiblemente).

RAB dijo...

Jordi: yo he visto que también en esta cultura lo que prima es la viveza. Lo que al decir porteño sería "la viveza criolla"... y acá para colmo está institucionalizada, así que a malos chamanes, malos psiquiatras. Gratis, eso sí, y con una nómina de la que luego se quejan. Con plaza fija. Y una cita por la que te tienes que esperar 5 meses, y eso con una depresión clínica. No quiero imaginar lo que será por una simple ansiedad...
Y sí, comparto contigo en que la aya puede ser muy peligrosa. Los factores que la llevarán a serlo son varios, me parece: el dador, la salud mental del que recibe, el contexto del que habla Carlos (que es un poco todo a la vez), vamos, una dialéctica de funciones que a menudo no se toman en cuenta. El alopático es predecible, la ayahuasca no es alopática y por tanto es impredecible. Puedo predecir qué me sucederá si me tomo una tableta de sertralina, pero no puedo predecir qué me sucederá con la ayahuasca ¿¿y en la selva??¿¿con quién?? Y sobre todo: ¿a quién, y por qué?
Para planteárselo.

Jordi Gascon dijo...

Holas RAb

Tengo ciatica y no puedo estar muchpo rato sentado ,asi que no puedo escribir todo lo que me gustaria.

yo creo que la planta solo es algo mas, y desde luego no es inprescindible. Para seguir este camino de la Pacha no es necesario tomarla a toda costa. Hay que dejar que llegue si es que llega y no preocuparse por ello.

Hay mas cosas que hacer, como la conexion con tu apu y la misma Pacha. Se esta , creo yo, mitificando demasiado la planta. Es ya una moda que hace que la planta parezca un requisito indispensable para seguir en el camino. Ademas no hay camino, solo estas tu.

En cuanto a la honestidad, es muy dificil entenderla desde es punto de vista de los aimaras o de la gente de la selva los Chipibos o cualquier otra comunidad. Hay que vivir con ellos y entender sus leyes y costumbres. igual forma los andinos que viven a mas de 4000 metros Pero juzgar desde fuera no tiene sentido.

La cuestion es que solo tu eres responsable de ti mismo/a y nunca quien te da la planta o quien pretenda enseñarte cualquier cosas , ya haya plata de por medio o no la haya.

Si te engañan , eres tonto/a y aprende para la proxima vez.

En cuanto a la gente con problemas mentales...no se que decirte, quizas la planta pueda desenrredar algo en su mente o quizas las destroce mas. Fijate que en algunas escuelas budistas no se admite a nadie con problemas mentales, puues muchas veces es peor para ellos.

ya comente que la planta forma parte de un entramado que es de la Pacha, y en la pacha hay tantas cosas ,cosas que enseñan que esas mismas cosas son las que te ayudaran a entender y asimilar lo que la planta te desvele, pero no esperes que nadie lo haga. Quizas un pajaro volando encima tuyo o una planta te hable y te cambie algo dentro de ti. O de reprente la lluvia y el viento te entran y pasa algo que no es racional en absoluto y te llega una paz que lo que te atormentaba deja ya de existir. Las respuestas muchas veces no existen, solo deja de existir el interrogante y ya no hay problema. Si esperas resolver tus cosas racionalmente, yo creo que eso es un camino sin salida. todo es mas global, mas circular , menos en linea recta, no es linial el espiritu.

bueno, perdon por el rollo, si vale para alguien pues bien.

Un abrazo
Jordi Gascon