Por ese camino ya no hay vuelta atrás:
marca territorio el deseo.
Aspira fuerte y exhala: remóntalo. Inhala.
Transpira fuerte la adyacencia a la próxima sílaba
que pretenda habitar el futuro. Vuelve a exhalar.
El deseo fuerza la palabra mientras respiras.
Por ese camino ya no hay vuelta atrás:
marca territorio el vacío.
Aspira fuerte y exhala: no fuerces nada.
Viento que tuerce el destino del pétalo
que no habita. Vuelve a inhalar.
Nada fuerza el vacío mientras respiras.
RAB
RAB
En pos de su nivel se lanza el río
por el gran desnivel de los breñales,
el aire es vendaval, y hay vendavales
por la ley del no fin, del no vacío,
la más hermosa espiga del estío
ni sueña con el pan en los trigales,
el más dulce panal de los panales
no declaró jamás: yo no soy mío.
Y el sol, el padre sol, el raudo foco
que fomenta la vida en la Natura,
por calentar los polos no se apura,
ni se desvía un ápice tampoco:
¡Todo lo alcanzarás, solemne loco,
siempre que lo permita tu estatura!
Vera violeta, Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)